Los esgrimistas cubanos no regresaron a casa, pero Washington persiste en no juzgar al
terrorista Posada Carriles por el crimen de Barbados.
hoy se cumplen 32 años del horrendo crimen de barbados, hace 32 años el HDP de posada carriles (si, ese terrorista que arena protegia) puso una bomba, en el avion a donde viajaba el equipo cubano juvenil de esgrima... los asesino... MALDITO PERRO!!!!
son unos hijos de puta todos los terroristas!!!
a mi se me eriza la piel cada vez que leo esto...
esta es la transmision oficial que hizo el vuelo de cubana CU455 a la torre de control,,,,,
imaginense la desesperacion... el copiloto le dice al piloto que se pegue al agua para tratar de sobrevivir!
que duro!!
MALDITOS PERROS ASESINOS!!!
Comunicación del piloto con la torre Criwest 650 “- ! Seawell! ¡ Seawell!... CU-455!
“- CU-455… Seawell
“- ¡ Tenemos una explosión y estamos desprendiendo inmediatamente!
! Tenemos fuego a bordo!
“- ¡ Cierren la puerta! cierren la puerta!
“- ¡ Nos estamos quemando intensamente!
“- ¡ Eso es peor! ¡Pégate al agua! ¡ Felo, pégate al agua!
“- Cubana, este es Criwest 650. ¿Les podemos ayudar en algo?
“- Cubana, este es Criwest 650. ¿Les podemos ayudar en algo?
“- Cubana, este es Criwest 650. ¿Les podemos ayudar en algo?”
domingo 5 de octubre de 2008
Los Mártires de Barbados
Nunca más se volvieron a escuchar sus risas después del arduo entrenamiento, ni a los tiernos enamorados declarándose amor eterno o al aprendiz de poeta cantar alabanzas a la vida. Tampoco "el teórico" caminó con los libros bajo el brazo; el carisma de Monchi, el guantanamero, dejó de deleitar a todos; la mirada azul de la muchacha también desapareció.
El espacio escogido en la casa para colocar las medallas quedó en un asfixiante vacío; el beso apretado a la madre jamás llegó y la aspirante a arquitecta siquiera esbozó una línea. Todos, 24 valiosos jóvenes, murieron sin razón, cuando les restaba mucho camino por andar. Sus inquietudes y proyectos fenecieron con ellos en el mar.
De ningún modo las familias volvieron a ser las mismas, el odio escogió a los seres queridos para clavarles a traición la daga del terrorismo, con el vil propósito de hacer claudicar a quienes eligieron la senda de la autodeterminación.
Insondable dolor embargó a Cuba y en especial a la capitalina Sala de Armas de las calles Prado y Trocadero, sede del centro de entrenamiento de esgrima de los equipos nacionales de mayores y juveniles. Un prometedor grupo de muchachos que constituía excepcional esperanza olímpica, resultó víctima del crimen cuando regresaba con todos los títulos del IV Campeonato Centroamericano y del Caribe, celebrado en Caracas, Venezuela.
Aciago 6 de octubre de 1976 aquel, cuando manos asesinas, al servicio de la CIA, hicieron estallar en pleno vuelo la nave CU-455, de la aerolínea Cubana de Aviación, con 73 personas a bordo, que acababa de despegar del aeropuerto de Barbados, con destino a Cuba.
¿Su culpa?, representar con orgullo a un pequeño país, el cual se cansó de las imposiciones, en casa propia, por parte del Gobierno de los Estados Unidos. Ellos, junto a ocho entrenadores y federativos, 11 guyaneses, de los cuales seis estudiarían medicina en Cuba, cinco coreanos que visitaban países de América Latina en viaje de amistad y otros 25 compatriotas, recibieron el zarpazo del imperio.
Solo unos minutos permaneció el CU-455 en el aire, después del despegue de la terminal de Barbados, tiempo suficiente para que los tripulantes de la aeronave en comunicación con las autoridades de dicha estación, explicaran dramáticamente cómo cerca de los seis mil metros de altura ocurrió una explosión y en consecuencia un incendio que se propagaba con rapidez.
Los pilotos no pudieron impedir lo inminente. Las últimas palabras del capitán y el estallido de la segunda explosión quedaron grabados como prueba testimonial del acto terrorista.
Ante la impotencia provocada por los innumerables logros del país, esa era la macabra solución. Cuatro individuos, dos de origen cubano, contratados por la CIA, acudieron al método más recurrido por la agencia para doblegar a quien le opusiera resistencia.
No tuvieron el menor escrúpulo al planear la acción y llevarla a cabo, pese a conocer que implicaría a personas inocentes.
Era más fácil matar por la espalda. Luis Posada Carriles, uno de los autores intelectuales del hecho declaró a un diario de Miami el 10 de noviembre de 1991: "El sabotaje fue el golpe más efectivo que se haya realizado contra Castro", mientras, la otra "cabeza pensante",Orlando Bosch, impúdicamente expresó en un programa televisivo de aquella ciudad, que de tener que volver a hacerlo, lo haría.
Hoy, tres décadas después, ninguno ha pagado sus culpas. En el prólogo del libro Pusimos la bomba… ¿Y qué?, de la periodista venezolana Alicia Herrera, el vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela, José Vicente Rancel, expuso sintéticamente, el porqué sobre estos terroristas la ley no actuó y libera a los demonios de la verdadera política norteamericana respecto al terrorismo.
"Luis Posada Carriles y Orlando Bosch eran agentes de confianza de la CIA, recibían la paga del organismo al que pertenecieron por más de una década y al que seguramente siguen perteneciendo de manera encubierta. Y quien dirigía la CIA para ese entonces era, nada menos, quien luego sería el primer Bush en arribar a la Casa Blanca. Es decir, que Posada Carriles y Bosch trabajaron para él. Luego, y seguramente que por este nexo, fue Bush padre quien indultaría a Orlando Bosch, el terrorista que junto con Posada Carriles preparó y ejecutó la voladura de un avión de Cubana de Aviación."
tomado: http://vivacubalibre-habana.blogspot...-barbados.html