11 de Septiembre de 2001

Hace exactamente 8 años atras el mundo se estremecia con muchas cosas, algunos celebraron el ataque al world trade center, otros lo lamentaban, otros recordaban a Allende en su 28 aniversario de caida, otros simplemente ibamos a trabajar como un dia cualquiera.

en esos dias yo tenia un trabajo de profesor de judo de niños y jovenes, tenia 18 años, una cinta azul curtida ya de entrenar con mis profesores, habia empezado a estudiar licenciatura en educacion fisica y deportes en la UES, pero me habia retirado por que un par de semanas atras me habian dicho que me daban en INDES una beca para ir a entrenar/estudiar a CUBA.

este dia hace 8 años a las 5 de la tarde habia una reunion de padres de familia en el INDES para los que habiamos sido escogidos para gozar de la beca.... yo no fui, para mi todo era un dia normal, pense que nos iriamos hasta la otra semana, recuerdo que tenia un Amigo Judoka llamado KEVIN, que vivia en Zacamil al igual que yo, nos vinimos caminado como todos los dias en la tarde despues de entreno, cuando me encuentro a mi hermano que me dice: GUENA..... TE VAS MAÑANA!!!!

JUELAGRANFRUCSI!!! (powered by rocky) pense para mis adentros, no me habia despedido de nadie, que yuka, a armar maletas a buscar una bicicleta, a correr con las cosas que no tenia listas, a despedirme de mis amigos en la noche, todo esto por atenido y descuidado por no haber ido a las reuniones.

un dia como hoy KEVIN me dedico una cancion de Sabina llamada "el capitan de su calle"
le agradezco mucho a el y a todos los que me premitieron llegar a convertirme en el capitan de la calle, oiganla, los que me conocen sabran por que me la dedico, me inspiro a vivir como vivi hasta este dia

Con dedicatoria a Kevin y a todos los que me conocen aqui les dejo:

Título: El Capitán de su Calle
Año: 1998
Letra: Joaquín Sabina
Música: Joaquín Sabina
Disco: Yo, mi, me, contigo (1996)


Porque no quiso ser estatua de sal
le llamaban todos “culo inquieto”,
aparentaba ser un tipo normal
pero guardaba un secreto.

Cuando a los cínicos les dió por rezar
él le puso a Satán una vela,
aprendió todo lo que hay que olvidar
y se escapó de la escuela.

Y por llamarle tanto pan al pan
y al vino vino
la gente bien pensaba mal
y decían por la acera del casino
que si tal que si cual
pero a él le daba igual.

Porque gritaba cuando había que callar
le llamaban todos “aguafiestas”
dormía todo lo que había que soñar
sin perdonar una siesta.

Y, aunque nadie daba un duro por él
se volcaba tanto en los detalles
que sin llegar a nada llegó a ser
el capitán de su calle.

Pero en el barrio había un general
que para colmo
lo vió salir de noche a probar
a buscarle tres patas
a las gatas
y dos peras al olmo
para merendar.

Porque sabía
que la verdad desnuda
guarda oculta detrás de la corteza
el hueso de cereza
de una duda.

Y se reía
con la melancolía
que le da la razón a la tristeza
cuando los labios pierden la cabeza.

Porque no sabía vivir sin besar
le llamaban todos “picha brava”
pero él besaba para recuperar
los besos que le faltaban.

Y, aunque la muerte le aterraba pensó
que si la pálida dama llegaba
no desperdiciaría la ocasión
de ver qué tal besaba.

Y, por burlarse de lo más sagrado,
los del juzgado
empapelaron al capitán
y le echaron cinco mil años y un día
paque aprenda a cantar
en la mazmorra fría.

Porque sabía
que la verdad desnuda
guarda oculta detrás de la corteza
el hueso de cereza
de una duda.

Y se reía
con la melancolía
que le da la razón a la tristeza
cuando los labios pierden la cabeza.